domingo, 19 de septiembre de 2010

Orfandad


En junio de 2009 el Alcalde de Aínsa, D. José Miguel Chéliz, dedicó un un poema a José Antonio Labordeta, con estas palabras:
“Querido beduino, tú tienes la ventaja de haber sido siempre abuelo, en cambio nosotros tuvimos la desgracia de ser jóvenes un día y al otro ya éramos yernos o tíos. Has atizado nuestra vida en el cálido fogaril de tus canciones y por eso, ahora que ya nos vamos templando, queremos decirte gracias amigo y de alguna manera nos encantaría poder devolverte parte del calor que tu mismo nos has dado. De momento aquí va esta canción huérfana a ti dedicada. Huérfana porque la pobre ha tenido la desgracia de nacer en una página sin partitura y está esperando ser adoptada por la música". Que yo sepa, la canción sigue huérfana, igual que todos nosotros que nos hemos quedado sin el abuelo aragonés que más fuerte y más dignamente hizo resonar los nombres LIBERTAD y ARAGÓN en todo el país. Descanse en paz.



CANCIÓN (HUÉRFANA) A JOSÉ ANTONIO LABORDETA


Desde Abejuela a Parzán,
desde Fraga hasta Bordalba,
de Tarazona a Beceite
y de Guaso a Banastón.
Es un mito, una utopía,
un río, una aparición,
un error, o tal vez no,
un porrón de geografía.
Aragón se funde en canto,
olvidándose del llanto
y su conciencia despierta
cuando canta Labordeta.
Con un bigote en volandas,
plantándole cara al cierzo,
un pie al agua otro al desierto
y en el medio la guitarra.
Truena la voz destronada
del secular conformismo,
del temor y el victimismo
por el llano y la montaña.
Aragón se funde en canto,
olvidándose del llanto
y su conciencia despierta
cuando canta Labordeta.
Y la buena sementera
cala en la tierra dormida,
un nuevo brote germina
y el ocre se desespera,
el mediocre no se entera
de dónde viene esta brisa,
que llega lenta, sin prisa,
imparable y guerrillera.
Aragón se funde en canto,
olvidándose del llanto
y su conciencia despierta
cuando canta Labordeta.

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