martes, 21 de septiembre de 2010

Gracias, Señoras


Poco más puedo decir de José Antonio Labordeta, porque hay otros que lo han hecho y lo están haciendo mejor que yo. En este momento lo que quiero es dar las gracias a "sus mujeres" por la generosidad con la que han vivido estas duras jornadas. Con su actitud han dejado patente que Labordeta era su ser querido pero compartido también con todos los aragoneses y con toda España (ha sido una agradable sorpresa para esta tierra ser testigo del respeto y la admiración con la que se le ha tratado en la inmensa mayoría de medios nacionales). Además de su presencia y acogida a los miles de personas, conocidas o no, que hemos desfilado para dar nuestro adiós a este aragonés ilustre; anoche, cuando al cerrar la capilla ardiente tuvieron el gesto de salir a la puerta a cantar con toda la multitud que se había reunido allí para la despedida final, demostraron su categoría humana, a la altura del esposo, padre y abuelo fallecido. La renuncia a otro tipo de funerales oficiales y/o religiosos muestra una actitud de sinceridad y coherencia poco frecuente en nuestra sociedad. Y, por último, la ofrenda de las flores de José Antonio ante el monumento funerario a otro de los hombres que pronunciaron en voz alta las palabras LIBERTAD, JUSTICIA y ARAGÓN en todo el país, el paisano Joaquín Costa, me parece el mejor de los finales para unas jornadas que permanecerán en nuestro recuerdo para siempre. Gracias, Señoras.

(foto: El Periódico de Aragón)

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