lunes, 15 de junio de 2009

Viejo y sabio


Un piano y una guitarra. No se necesita mucho más para estremecer el alma cuando hay poesía de fondo. Eso fue lo que pudo comprobarse el pasado viernes cuando Joan Manuel Serrat se presentó en el Auditorio de Zaragoza. Lo hizo ante un público entregado, con una media de edad que superaba ampliamente la cincuentena, y dispuesto a emocionarse con las canciones que le han acompañado gran parte de su vida. Por supuesto, me incluyo en esa categoría. Pero no hizo falta nuestra incondicionalidad, Serrat estuvo “sembrado”, más dicharachero y socarrón, más viejo y más sabio que nunca, como los abundantes proverbios orientales con los que ilustró el concierto. Y con un timbre de voz bastante recuperado después de los avatares que ha sufrido su salud, se le notaba con más fuerza que en los últimos conciertos. Bastó esa voz, esa querida voz, el piano de Ricard Miralles y las interpretaciones más íntimas y más ortodoxas de las canciones más oídas y más deseadas para llenar ampliamente el espacio y el espíritu. Cantares, Penélope, Para la libertad, Tu nombre me sabe a hierba, Mediterráneo, El Romance de Curro el Palmo… para terminar con Lucía. Como en este vídeo de 30?, 40? años antes ... Serrat for ever!





No hay comentarios:

Publicar un comentario